viernes, 11 de septiembre de 2009

el prisionero.

Tus celos fueron tan grandes:
Que para vengarte, me mataste,
Y lo peor es que sigo vivo,
Y lo peor es que no lloro,
Lo he tratado de aguantar todo,
Solo camine, solo patee piedras,
Quise golpear al cielo,
Quise retroceder el tiempo,
Pero no pude….
Ya todo hecho esta,
Y no me queda nada,
Ni las fuerzas para luchar.

Quiero un antídoto que me salve,
¿Quién me puede ayudar?
Algún shock eléctrico,
Y que te pueda para siempre olvidar.

¿Te olvidare en la muerte?
¿Me anestesiara de este dolor?
Quizás un poco de morfina.
Quizás para dejarte atrás,
Todo tendré que dejar,
Para olvidar tus besos,
Para olvidar tus palabras,
Para olvidarme del viento
Que me trajo tu perfume hasta acá.
Cortare mis manos,
Aquellas con las que te toque,
Pero no podré matarme entonces,
Que es mi único remedio,
Para que de mis recuerdos te pueda olvidar.

Podría decir que te dejare,
Pero tu me dejaste en realidad,
Me dejaste por alguien que fue cercano,
Y en el tiempo no se pudieron separar.

Yo prometí no dejarte,
Pero, ¿Cómo puedo aguantar?
¿Cómo?
Tu venganza me desangra,
Y mi promesa me matara,
Pero dudo si en la muerte hay olvido,
Dudo si descansare en paz,
Y contigo no puedo encontrarme,
Estamos lejos, muy lejos,
Yo aquí, tú allá,
Más ala de las montañas,
Distancia desconsiderada,
¿Pero si la distancia fue capaz de aquello?
Si estuviésemos juntos,
Cosas mas fuertes nos podrían pasar.
Si ahora yo te amo,
y No tengo tu lealtad,
Quizás tú lastima,
O quisieras aprovecharte de mi promesa,
Para cuando, con el, tuestes mal,
Me siento tan fracasado,
Ahogado en la soledad.
¿Habré sido tan culpable?
Me condenaste a cadena perpetua,
Prisionero de mi promesa,
Prisionero de tenerte que amar,
Prisionero de que estés lejos,
Prisionero de no poderte abrazar,
Prisionero de que no me ames,
Tanto como para ser leal,
Leal al amor que alguna vez tuvimos,
Leal al amor que me va a matar,
Estos segundos son eternos,
Activaste mi lagrimar,
Escribo y lloro solo,
Me verán bien los demás,
Nadie ve mi corazón,
Mi corazón muerto vivo,
Mi corazón que no se deja de desangrar,
Mi corazón que te esta extrañando,
Mi corazón que literalmente parara,
Para de vivir,
Para ver si te olvidara,
Mi corazón que hasta la muerte,
No puede dejarte de amar…





Abel de Miranda.

Cuando murió el amor que por mi sentías

Bote muchas lágrimas por ti,
Cada vez que en ti pensaba.

La flor cerro, seco y murió,
Nadie acude a su entierro.
Ya no esta el sol que la hacia vivir,
Solo están las nubes oscuras,
Pero no botan la lluvia,
Que el abandono dejo,
Quizás por que sufro en secreto.
Tu amor murió en el olvido,
¿Qué puedo decir?

Nada es eterno…





Abel de miranda

jueves, 3 de septiembre de 2009

lamento

En una noche desconsolada, el escritor llega sin esperanza porque ha perdido la fe, por que su amor se fue con otro, dejando huella en su corazón, ya no sabe que hacer, solo perdió la fe y nuevamente en el lápiz, como forma de expresión, escribe el lamento que dejo su corazón……………
I
Dime corazón cuando pondrás la vista, EN quien te corresponda,
¡Ciego corazón!, ¡ciego corazón!, es terrible ser mártir,
Es terrible esta sensación. ¡Una luz!, ¡una luz!:
Solo una ilusión…
II
¡Ciego corazón!, ¡ciego corazón!, ¡muéstrame a quien me ame!,
No te aferres a una ilusión, es un aire artificial,
Como el gas del holocausto
¡Esto me va a matar!

III
Estoy agonizando, estoy en lo peor,
Ciego corazón busquemos una salida,
No te aferres a este falso amor,
A aquella voz suave,
Al suspiro fresco,
A aquel tono de su voz,
A una inocencia dulce,
Esa es mi vista ingrata, aquello fue una vana expresión,
Un plan sin fin, un plan a tu amor,
Tu amor que es para otro, no para el poeta,
Que escribió en tu nombre lo mejor,
Que idolatro tu inocencia,
Que idolatro tus pequeñas manos,
Que idolatro tu extranjero acento,
Y que ahora,
Estampa con lágrimas,
En tus acogedoras manos,
Mi más triste ilusión.

IV
Que puede impedir que te siga amando,
Que puede impedir que seas el llanto de una canción,
Por la luna aparece una respuesta,
Y la luna dice:
Que la muerte de este verseador.

V
Mis sueños son contigo,
Antes
Esperanzadores y alegres,
Tú eras el horizonte de un marinero,
Tú eras el coro de una canción,
Después,
De hoy; serán tristes,
Después de esta desilusión,
Como los poemas que ahora escribo,
Poemas que sigo escribiendo,
A este sufrido amor.

VI
Aquella noticia rompió la roca,
Que trato de ser mi corazón,
Se abrieron aquellas compuertas,
Y con las lágrimas de mi alma,
En aquella solitaria noche,
Un lago se formo,
Teñida en la amargura,
Con un torrente de desesperación,
Las lágrimas quieren botar de mí
Lo que tu triste recuerdo en mi dejo,
Como estas líneas sin rima,
Como estas líneas de puro dolor.

VII
Para el amor tiene que haber pareja,
Capaz de mirarse a los ojos,
En los besos encontrar la pasión,
En los abrazos un abrigo,
Para la felicidad, dar un empujón,
Ay! De los que quedaron solos,
Ay! De los que quedaron como yo,
Porque las soledad es el frió,
Un puñal la desilusión,
Un puñal psicológico,
Y la herida una depresión,
No hay doctor que le sane,
No existe un remedio,
No existe alguna solución,
Y las letras del esperanzado poeta,
Se convirtieron en lamento,
Como los que abundan en el hades,
Pero ahora se lamenta mi corazón…
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Abel De Miranda.